Ven, Espíritu Santo
y envía desde el cielo
un rayo de tu luz.
Ven, Padre de los pobres,
Ven, Dador de los dones,
Ven, Luz de los corazones.
Consolador magnífico,
Dulce huésped del alma,
Suave alivio.
Descanso en la fatiga,
Brisa en el ardiente estío,
Consuelo en el llanto.
¡Oh, Luz Santísima,
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles!
Sin tu ayuda
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.
Lava lo que está sucio,
Riega lo que está seco,
Sana lo que está enfermo.
Doblega lo que está
rígido,
Calienta lo que está frío,
Endereza lo que está desviado.
Concede a tus fieles
que en tí confían
tus siete sagrados dones.
Dales el premio de la virtud,
Dales el puerto de salvación,
Dales la felicidad eterna.
Amén.
Aleluya, Aleluya.
Novena
de Pentecostes
|